jueves, 26 de mayo de 2016

El hombre del Faro

En el Faro vive un hombre que nadie sabe cómo se llama.
A él no le importa que no sepan su nombre. Hace años que no habla con alguien, por lo tanto olvidó su propio nombre.
Este hombre pinta cuadros hermosos, y envía bellos poemas a los diarios que son publicados bajo un pseudónimo poco creativo. El Hombre del Faro.
Lo extraño del caso es que este hombre vive allí desde que se tiene conciencia. Todos dicen, inclusive los más viejos de la ciudad, que “cuando yo llegué él ya estaba”. Su primer poema fue publicado por un diario local hace más de cien años. En la última muestra de arte que se realizó con sus obras, había una que databa del año 1876.
Los rumores son varios. Que es inmortal. Que es un fantasma. Que simplemente tiene suerte y goza de buena salud. El más racional dice que en realidad el hombre murió y alguien continuó haciendo cosas en su nombre. Otros dicen que es un mito inventado por la secretaría de turismo para que la ciudad tenga al menos algo interesante de que hablarle a los turistas.
Claro que al no conocer su nombre real es imposible afirmar esto último, ya que cualquiera puede firmar una carta, poema, cuadro, bajo el pseudónimo el Hombre del Faro. Cuentan que algunos artistas prefieren mantener la leyenda viva, y así firman sus obras bajo ese pseudónimo.
Este hombre no responde cartas ni correos electrónicos. No tiene redes sociales oficiales, aunque algún que otro seguidor le ha armado grupos y blogs.
Pero a veces, cuando paso caminando por en frente del Faro puedo ver en la ventana más alta una luz encendida y la silueta oscura de la sombra de un hombre caminando por la habitación.
Me pregunto si será él.


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