Compartimos un adelanto de nuestro libro debut, Los Descocados.
Estoy sentado en
una mesa redonda rodeado de gentes raras, creo que somos trece. El de Pelo
Largo está creído que salva; el de Chiva dice que condena; los que quedan miran,
embobados, la televisión haciendo un furioso y poco productivo zapping entre el
partido del Pachuca y el toples de Pampita.
-Yo salvo.
-Yo condeno.
-Eso creo…
-¡¡Silencio!!
¡¡Hay gol del Pachuca!! – lo que faltaba, abajo dos a uno contra un desconocido
equipo de Arabia, o eso creo.
Pampita que ya
se quitó el corpiño, pero la muy cabrona tapa sus senos y pezones con las
manos.
¿Qué sentido tiene? ¿Cuál es el macabro plan
que la hace ilusionarnos? Le pregunto al de Pelo Largo, él es entre nosotros el
Sabelotodo.
-¿Qué sentido
tiene?
-El sentido es
provocar.
-Tiene sentido.
El de Chiva por
su parte tiene poco trabajo por estos días, ha dejado de ser el más malo del
mundo, y su capacidad para concretar milagros nunca fue muy buena que digamos.
Nada de hacer volar, nada de enamorar gente, solo a duras penas, de vez en
cuando, conseguía hacer millonario a alguien, y si andaba de buen humor
obsequiaba sexo a mansalva con muchas mujeres relativamente hermosas; pero nada
de enamorar gente.
-El amor es para
maricones – refunfuñaba mientras negaba conceder ese tipo de deseos.
-Poné a ver cómo
va el Pachuca – el Adicto, al parecer, había apostado por los mexicanos, que
seguían perdiendo. ¿Hasta cuándo esta racha negativa? Le pregunta al de Chiva,
Sabelotodo cuando le conviene.
-¿Hasta cuándo
esta racha negativa?
-Con una firmita
acá y otra por acá, te puedo asegurar la victoria de tu equipo – el de Chiva
para los milagros frívolos es mandado a hacer – O de no ser posible la
victoria, al menos aseguro un empate sobre la hora, de esos que se festejan más
que una victoria.
-Mi alma por una
victoria deportiva… mmm… ajam… bueno, firmo.
Lo que el Adicto
no sabe es lo que acaba de hacer.
¿Y Pampita?
Menea las caderas como ninguna, mueve sus nalgas que cotizan en bolsa, (¡¡Como
sacude el culo!!) pero sus manos siguen tapando la parte más interesante. ¿Es
un striptease? ¿Nadie le va a quitar la bombacha roja? Ya nadie mira el partido
a pesar de la apuesta del Adicto, su alma poco nos importa. El de Pelo Largo
reza como nunca rezó.
-Dios, oh
todopoderoso, desintegra esa prenda roja.
Dios, milagroso
cuando le conviene, no escucha las plegarias, ni mueve.
(¿Qué
esperaban?)
-Con una firmita
por acá y otra por acá, la Pampa queda en pelotas.
-¡¡GOOOL!! - el Adicto grita el empate.
-Bueno, firmo,
todo sea por la belleza – el de Pelo Largo cayó en la trampa nuevamente, y van…
el de Chiva ríe y chasquea sus dedos.
Pampita levanta
sus manos y dejando al descubierto eso
por lo que hemos esperado toda la noche, ¿es de noche?, pone cara de gato a la
vez que su bombacha roja se desintegra.
El de Chiva, humilde, no se agranda por la magia que acaba de cometer.
Todos festejan. Ella está cuidadosamente depilada, ni que lo hubiese planeado,
la mina más bella del mundo está desnuda y desfila para que todos la vean.
Pico de rating.
¡¡Pampita está
en bolas!!
Y yo, rodeado de
toda esta gente rara, no puedo dejar de mirarla.
Seguinos en Ediciones RELAX.
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